6.04.2010

Reportaje


Miguel Almeyda y sus obras de amor a Villa


Por Wilmer Castillo

Miguel Almeyda uno de los hijos predilectos de nuestro distrito, es novelista, actor de teatro, músico, mimo y el primer peruano que ha pisado la Unión de escritores de Québec, Canadá.
                                                                                                                             
Sus años de juventud
Conoció a Marielena Moyano durante su juventud y vivió muy de cerca la violencia terrorista que ensombreció Villa en los 80. Por eso a pesar de no vivir ahora permanentemente en Lima, su amor por este suelo está impregnado en sus obras. Su literatura es nostálgica, polémica, de critica social y política y sobre todo una propuesta de integración, respeto y tolerancia, que es un ideal en este mundo tan enrrevesado.

Sus obras literarias
Sus novelas han sido traducidas al francés y son materia de estudios en universidades de Québec, Barrio (2003), por ejemplo ha sido tratada como tesis de traducción en la universidad de Sherbrooke y actualmente están en proceso de ser publicadas en francés.

Ha publicado “Canción para despertar a los muertos” (poesía)en 1999, “Tiempos de amor y desamor” (Cuentos y teatro) en 2001, “Crecer en el desierto” (metodología de teatro para niños) en 2003, ” Barrio” y “Crecer en el desierto” en el 2003 y “Zicario azul” (novela)en el 2005, “Luna llena”(teatro) en el 2007.

Barrio
“Barrio” es entre todas sus obras la que interesa a este blog porque trata de la experiencia de Almeyda en Villa El Salvador, aunque todas sus obras están inspiradas en esta ciudad, es especialmente esta novela la que nos permite conocer la vida misma en esta tierra.

La novela cuenta algunos momentos de la vida de Ángel en sus encuentros y relaciones con Vovo, Magdalena, Jhonny, Lola y Lobito. Se mueve en dos dimensiones: el presente común y el pasado también compartido, pero en otras circunstancias. Todos son gente joven y tienen una vida de barrio que llevan consigo muy pegada a la piel. Han vivido momentos duros y ahora también enfrentan circunstancias poco comunes. "Barrio" así tiene la peculiaridad de ser una historia que aborda sucesos en el cotidiano de un grupo de jóvenes que nunca antes fueron contados desde este lado de la vida y que ahora que están escritas en esta novela, serán más que testimonios y sobrevivirán a los referentes que inspiraron su creación.

Son un ramillete de historias atadas en torno a los relatos de Ángel –el personaje central- a sus sensaciones, sus impulsos, sus frustraciones, sueños y esperanzas, en un momento crítico de la vida en su Villa El Salvador, barrio al sur de Lima, en el Perú de fines del siglo XX, nos dice Mario Zolezzi Chocano, sociólogo urbano - debo destacar que algunas circunstancias y escenarios que esta novela evoca ya no existen más. Han desaparecido no sólo porque el mundo ha cambiado, ni porque ha transcurrido el tiempo, sino principalmente porque su dureza hizo que finalmente fueran borradas de muchas memorias individuales y colectivas.

Aquí, sin embargo, retornan escenarios escondidos que algunos lectores podrán reconocer. Se trata de momentos que finalmente se niegan a desaparecer y que por ello ciertamente han sido convocados por Miguel. Aparecen en estas páginas como producto de la magia de la literatura, como un fruto muy escaso de sabor casi olvidado, que de pronto se materializó catalizado por un reencuentro con el pasado. Un pasado que se pasea como el viento sobre los arenales en el escenario grande de la historia que se cuenta. Me refiero a este barrio tan grande como tan pobre en el que vive Ángel, el protagonista. Territorio urbano de confrontaciones y momentos tensos, no obstante es un barrio que deja ver al lector que es tan rico como puede ser la esperanza, que es una expresión colectiva de lo que significa creer y ser tan luchador como puede ser el tesón.

"Barrio" es una novela que trae consigo varias cosas para que se le valore. Es literatura urbana del Perú trabajada desde la experiencia personal de un vecino con los ojos bien abiertos, viviendo en un barrio pobre en un momento muy particular. Es, sobre todo, un trabajo literario que nos convoca a repensar muchas cosas para volver a entender el lado difícil de la vida de miles y miles de limeños que, anónimos, han vivido momentos parecidos que la literatura no había capturado aún.

Este libro atrapa también momentos de intimidad para describir la historia con cortes en profundidad que no son neutros. Se mueve entre la protesta y la propuesta y no es panfletario. Es, más bien, un testimonio casi generacional pintado con las brochas y colores de una visión muy propia. Describe la denuncia de la pobreza y la violencia con una sombra de sonrisa. Barrio es asimismo una manera de plantear el deseo, el hambre, la alegría, las pasiones, la tristeza, la rebelión y el amor en que se resuelve la vida concreta de los hombres y mujeres. Por eso quieren seguir leyéndolo y aquí está ésta nueva edición del libro que Miguel, por amistad y cercanía en el trabajo de promoción me ha permitido volver a presentar.

Aquí, sin embargo, retornan escenarios escondidos que algunos lectores podrán reconocer. Se trata de momentos que finalmente se niegan a desaparecer y que por ello ciertamente han sido convocados por Miguel. Aparecen en estas páginas como producto de la magia de la literatura, como un fruto muy escaso de sabor casi olvidado, que de pronto se materializó catalizado por un reencuentro con el pasado. Un pasado que se pasea como el viento sobre los arenales en el escenario grande de la historia que se cuenta. Me refiero a este barrio tan grande como tan pobre en el que vive Ángel, el protagonista. Territorio urbano de confrontaciones y momentos tensos, no obstante es un barrio que deja ver al lector que es tan rico como puede ser la esperanza, que es una expresión colectiva de lo que significa creer y ser tan luchador como puede ser el tesón”.

Miguel Almeyda es una muestra más de los hombres que aman Villa El Salvador y que a través de su obra quieren seguir construyendo este distrito que tanto queremos. Gracias Miguel por hacernos sentir orgullosos de vivir aquí.